8. La década de 1960
1.- La era de Kennedy, 1961-1963
La
elección de John F. Kennedy en 1960 significó un giro radical en la historia de
la posguerra americana. En tanto que su contrincante republicano, el
vicepresidente Richard M. Nixon, insistía en las realizaciones pasadas de la
administración Eisenhower, Kennedy miraba al futuro y hacía hincapié en la
necesidad de renovación. Aunque su llamamiento en favor de vigorosas reformas
internas no fuese acogido calurosamente por el Congreso, Kennedy inició su
programa de la New Frontier, que sería completado y ampliado por su sucesor,
Lyndon Baines Johnson(1963-1969). Su reafirmación del compromiso americano en
el sudeste asiático, asumido y aumentado
después por Johnson, llevó posteriormente a la derrota militar y a los
conflictos internos y a la actual división de la población americana.
El
nuevo estilo de trabajo del ejecutivo se puso inmediatamente de manifiesto con
la formación del gabinete. En tanto que la administración Eisenhower tendía a
representar exclusivamente los intereses de los empresarios, la administración
Kennedy suponía un equilibrio entre los distintos intereses políticos,
regionales y económicos. En sus maneras y en sus métodos Kennedy se asemejaba
mucho Franklin Delano Roosevelt y, como éste, muy pronto se ganó los corazones
de los americanos, y en particular de los jóvenes.
Sin
un mandato popular para realizar la reforma, Kennedy tuvo que enfrentarse
también en el Congreso con una coalición reforzada de demócratas conservadores
y republicanos que bloquearon la mayor parte de su programa legislativo. Sus
mayores éxitos los alcanzó desarrollando los proyectos ya aprobado por el
congreso y no introduciendo otros nuevos.
El
principal problema que tenia planteado América en 1961 era la recesión
económica, que en febrero de aquél año alcanzó su punto culminante. El índice
de desempleo era superior al 8%, con una cifra de parados de mas de 5 millones,
de los que una parte importante llevaban largo tiempo en aquella situación de
inactividad como consecuencias de la mecanización y automación de la industria.
En
un primer momento, Kennedy recurrió a los métodos convencionales para lograr la
recuperación económica. Inmediatamente después de su mensaje al Congreso sobre
la situación económica, en febrero de 1961, fueron aumentadas las prestaciones
de la seguridad social y el salario mínimo subió de un dólar a 1.25 dólares la
hora. Mas de 4 millones de trabajadores se sumaron a los 23 millones que se
beneficiaban ya de las disposiciones relativas al salario mínimo.
Las
medidas Keynesianas adoptadas por Kennedy tuvieron un éxito relativo y hasta
1965, tras 4 años de auge interrumpido, el producto nacional bruto americano
creció a un ritmo del 3.6% anual. Pero a pesar de la evidente expansión
económica, el nivel de paro seguía siendo alto y los precios no dejaban de
subir. Subsistían, además, importantes sectores de la población sumidos en la
pobreza.
El
temor a tropezar asimismo con la oposición del legislativo, obligó a Kennedy a
enfocar el tema de los derechos civiles con especial cuidado. Durante su
campaña electoral, se había comprometido a tomar una serie de medidas a favor
de los negros, pero una vez en el poder tendió a confiar mas en los tribunales
que en la legislación, a apoyarse mas en el ejemplo del ejecutivo que en la
acción del congreso.
Como
tantos otros, el proyecto de ley sobre derechos civiles quedó estancado en el
congreso hasta después de la muerte del presidente. El asesinato de Kennedy en
Dallas puso fina una etapa de esperanza
y expectativas y sumió a la nación en duelo. Como reacción frente a estos
horribles acontecimientos, los contemporáneos de Kennedy tendieron a hacer su panegírico pasando por alto el hecho
de que sus realizaciones fueron mas bien escasas. La difícil tarea de traducir sus promesas en
realidades y de confrontar las esperanzas con las reformas recayó sobre su
vicepresidente, Lyndon Johnson.
2.- La guerra contra la pobreza y la Gran Sociedad
Lyndon
Johnson se hallaba extraordinariamente bien preparado para asumir la tarea que
le había sido legada por Kennedy. Su innegable destreza unida al impacto
emocional producido por la muerte de Kennedy hizo posible que un solo año
fuesen aprobadas mas leyes por el Congreso que en los 3 en que Kennedy estuvo
al frente del ejecutivo. Su elección no sólo le proporcionó un aplastante
mandato popular sino que se tradujo en una amplia mayoría demócrata en el
Senado y en la Cámara de Representantes, y en la quiebra, siquiera fuese
temporal, de la coalición de los demócratas conservadores y los republicanos.
Otra
de las grandes preocupaciones de la administración Johnson fue la salud y la
educación. A lo largo de sus 5 años de presidencia, fueron aprobadas 70 leyes
sobre educación y 40 relativas a cuestiones sanitarias. Los gastos federales en
educación pasaron de 2’300 mdd a 10’800 mdd, y los de naturaleza sanitaria, de
4’100 mdd a 13’900 mdd.
En
el terreno educativo, el objetivo prioritario de la reforma fue la ayuda a los
pobres y la igualdad de oportunidades educativas. La ley de enseñanza superior,
aprobada el mismo año facilitaba becas federales a los estudiantes necesitados
y concedía asimismo ayudas adicionales para la construcción de aulas y
bibliotecas en los colegios e instituciones docentes mas pequeños. Se había logrado finalmente la intervención
federal en la sanidad y en la educación, en gran medida gracias a la iniciativa
de Johnson.
La
administración Johnson asumió asimismo un papel directo y decisivo en la ayuda
a los afroamericanos. Johnson consiguió que el Congreso aprobara en 1964 el
proyecto de ley de derechos civiles de Kennedy. Además de garantizar a los
negros protección para el ejercicio del derecho
de voto y de prever las medidas necesarias para terminar con la
segregación racial en las escuelas, prohibía la discriminación en todos los lugares
y establecimientos públicos; por otra parte,
tanto los sindicatos como los empresarios, fueron requeridos para que pusieran fin a sus
prácticas discriminatorias y se tomaran las disposiciones necesarias para
cortar los fondos federales donde subsistiera la discriminación.
En
otros terrenos, la reforma se había estancado en 1967. Como consecuencia de las
elecciones para el Congreso de 1966, había reaparecido la coalición
conservadora de demócratas del Sur y republicanos del medio Oeste, opuesta a toda
nueva legislación en materia de bienestar social, al tiempo que el congreso
comenzaba a reafirmar su autoridad frente a la del Presidente.
Por
otra parte, aún cuando la administración Johnson hizo muchas cosas dignas de
alabanzas, la multiplicidad de sus medidas era frente de problemas y
despilfarro; en muchas ocasiones, la ley no tenía nada de censurable, salvo que
llegaba con 20 años de retraso. Pero la principal razón del fracaso de la Great
Society fue que esta hubo de ser sacrificada en aras de costosa guerra en el
Sudeste Asiático. A la postre, la guerra de Vietnam no solo paralizó las
reformas sino que también puso fin al papel dirigente del partido Demócrata,
sumiendo al país en una profunda división.
3.- Vietnam: el fracaso de la política exterior y sus
consecuencias.
La
participación de los Estados Unidos en la guerra de Vietnam fue en muchos
aspectos el resultado inevitable de la política exterior americana tras la
segunda guerra mundial. Al contemplar la política internacional exclusivamente
en términos de una lucha entre el comunismo y la democracia, los estrategas
americanos no solo pasaban por alto la existencia de diferencias culturales y
étnicas, sino que consideraban a todas las sociedades como una sociedad
americana en embrión.
El
intento del gobierno soviético de estacionar misiles en Cuba dio lugar a una
grave crisis en 1962. Sólo el tacto de Kennedy logró evitar una confrontación
violenta entre las 2 superpotencias, y tan pronto como persuadió a los rusos
para que retiraran sus proyectiles de la isla se esforzó por mejorar las
relaciones con la potencia comunista. El tratado de supresión de pruebas
nucleares contribuyó también a reducir las tensiones de la guerra fría.
Simultáneamente Kennedy aumentó los gastos militares y en el Sudeste Asiático,
rechazó la postura neutralista inclinándose por la intervención militar.
Kennedy decidió enviar las primeras tropas combatientes americanas a Vietnam
del Sur a fin de que respaldaran el régimen decrépito de Diem. Aún cuando
confiase en una solución política del conflicto, afectaba totalmente la teoría
del dominio y la política de contención.
El
apoyo al régimen anticomunista de Vietnam del Sur originó la escalada del
compromiso americano en la guerra. En 1964, Johnson consiguió la aprobación por
el Congreso de una resolución que le concedía poderes prácticamente ilimitados.
Los ataques aéreos contra Vietnam del Norte se iniciaron en 1965, y 3 años mas
tarde el tonelaje total de bombas allí arrojados superaba el lanzado por todas
las fuerzas aéreas aliada en la Segunda Guerra Mundial.
Cuanto
mas se prolongaba la guerra, mas profundos eran sus efectos sobre la sociedad
americana. En 1967, Johnson solicitó una subida de los impuestos del 10%, el
Congreso la rechazó a menos de que redujera también los gastos en el interior;
el Presidente se opuso y el Congreso denegó la subida de impuestos sin dejar
por ello de comenzar a restringir los fondos con destino a los programas de
política interior. La inflación se desató, anulándose de este modo los anteriores
esfuerzos por ayudar a los mas pobres.
Las
consecuencias psicológicas de la guerra tuvieron tanto alcance como sus efectos
económicos. Los continuos engaños y verdades a medias de la administración
Johnson resquebrajaron la confianza popular en el gobierno; las acusaciones de
agresión contra Vietnam del Norte y las pretensiones de victoria, crearon un
foso de incredulidad entre el pueblo y sus dirigentes. Fue el éxito de la
ofensiva vietnamita del Tet en 1968, pocas semanas después de que el comandante
en jefe de las tropas americanas, General Westmoreland, hubiera hablado de
victoria en términos optimistas, lo que acabó con lo poco que quedaba de la
credibilidad de la administración Johnson.
Los
triunfos de los vietnamitas debilitaron también la confianza de los americanos
en ellos mismos, obligándoles a interrogarse acerca del tan arraigado supuesto
del papel de América en el mundo. A medida que la oposición a la guerra iba
creciendo en el interior de los Estados Unidos, cundía la desmoralización entre
las fuerzas americanas estacionadas en Vietnam.
El
coste de la guerra, tanto en hombres como en dinero, alentó la oposición
antibélica. A la vista de los éxitos alcanzados por McCarthy y por Kennedy como
candidatos pacifistas en las elecciones primarias demócratas, y el creciente
clamor popular contra aquellas, Johnson anunció el fin de los bombardeos sobre
Vietnam del Norte. También declaró en un discurso televisado su intención de
abandonar la presidencia. Entre tanto, los divididos demócratas se avinieron a
presentar la candidatura del Vicepresidente Hubert Humphrey frente a Richard Nixon, elegido por los
republicanos. Nixon triunfó en unos comicios en los que solo participó el 60.7%
de los electores, por un margen de 500 mil votos. Esta victoria electoral se
debió en parte a su promesa de poner fin rápidamente a la guerra. Pero las
fuerzas americanas no serían retiradas sino tras 4 años mas tarde de enconada
lucha y de una creciente división en el seno del país.
4.- La sociedad americana en la década de 1960.
La
década de 1960 se caracterizó por su marcado contraste con la década anterior.
Aun cuando se mantuvo la prosperidad general de la época de Eisenhower, la
voluntad de cambio de Kennedy y de Johnson alentó la crítica y el análisis de
los males de la sociedad americana. Los intentos de introducir mejoras reales
en las relaciones interraciales y en el bienestar social no hicieron mas que
intensificar el clamor de la rebelión ideológica.
A
pesar de ello, persistían muchas de las corrientes visibles en la década de los
50’s. La población americana seguía creciendo rápidamente, aumentando en 24
millones en el espacio de 10 años y rebasando la cota de los 200 millones, aún
cuando la tasa de crecimiento disminuyó a partir del 65, y el índice de natalidad
cayó del 24 por mil en 1960 al 18 por mil en el 70.
Esta
población en expansión, y por lo general mas sana, seguía disfrutando de gran
movilidad. Solamente entre 1965 y 1970, el 47% de las familias americanas se
había mudado de casa. Estas migraciones se ajustaban a las pautas ya conocidas:
de las zonas rurales a las urbanas y del centro ciudad a las zonas
residenciales urbanas.
La
política expansionista de Kennedy y Johnson tuvo éxito en la medida en que la
década de 1960 no se produjo ninguna recesión. El producto nacional bruto pasó
de 503 mmdd en 1960 a 976 mmdd 10 años más tarde, y la renta anual media de las
familias americanas creció de 5660 dólares en 1959 a 9590 dólares en el 69. Los
programas de la guerra contra la pobreza habían ayudado a algunos de ellos,
pero en modo alguno a la totalidad. Además, aquellos programas fueron
recortados drásticamente a raíz de la
elección de Nixon. Los esfuerzos del nuevo presidente por equilibrar el presupuesto
mediante una reducción del gasto federal coadyuvaron también a la recesión; el
Producto Nacional Bruto experimentó una contracción y el desempleo aumentó de
3.3% a finales de 1968 al 5.8% en 1970. Se terminaba así un largo período de
expansión irrumpiendo un rápido proceso inflacionista que devaluó el dólar en
más del 8% en menos de 2 años.
La
administración Nixon (1969-1974) adoptó una política de enfrentamiento con los
manifestantes contrarios a la guerra y con los militantes negros, frenó el proceso
de integración racial en las escuelas y atacó a los beneficiarios del seguro de
desempleo y de la ayuda social acusándolos de holgazanes. El tándem Nixon-Agnew
fue reelegido en 1972 por una gran mayoría.